La Inteligencia Artificial o AI por sus siglas en inglés Artificial Intelligence se definiría como la simulación de procesos de desarrollo cognitivo humano por parte de sistemas informáticos. Tales procedimientos incluyen el aprendizaje en forma de la adquisición de información y reglas para su uso, el razonamiento como la fijación de una normativa que permita llegar a una serie de conclusiones aproximadas o definitivas y la autocorrección.
Otras tareas que, por lo general, se atribuyen al ser humano sería la traducción de un texto, reconocer a otra persona viendo tan solo su cara o, incluso, sistemas que aprenden a comportarse de manera autónoma como puedan ser vehículos sin la necesidad de conductor o creación de robots con funcionalidades humanas.
No obstante, una de las partes más maduras de la inteligencia artificial es el conocido como machine learning o aprendizaje automático, que permitirá programar sistemas que permitirá tomar decisiones de manera autónoma a partir de un gran cantidad de datos. En cualquier caso, este aprendizaje y sus variantes como el llamado “deep learning” están muy lejos de comportarse como auténticos agentes capaces de valerse por sí mismos ni con una inteligencia que se acerca a la del ser humano. Y, es que, su capacidad de poner en contexto piezas de información, hallar la causalidad de las cosas o improvisar las respuestas con datos fragmentados es algo que, por el momento, no se puede realizar fácilmente con máquinas.
Ejemplos de inteligencia artificial
Las grandes empresas ya se sirven de esta inteligencia artificial para mejorar su posición en el mercado. Sin ir más lejos, las principales redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram se sirven de algoritmos de IA que son capaces de detectar contenidos inadecuados.
Algunas de las tecnologías de inteligencia artificial que marcarán este 2018 son las siguientes:
Chatbots
Los agentes virtuales han ocupado un lugar de lo más destacado en el ámbito del marketing digital son los chatbots. Se presentan como programas informáticos con los que es posible mantener una conversación, ya sea para pedirle algún tipo de información o para solicitar la puesta en marcha de una acción determinada.
Al incorporar sistemas de inteligencia artificial a su funcionamiento tienen la capacidad de aprender sobre nuestros gustos y preferencias con el paso del tiempo. Un buen ejemplo de ello lo encontramos representado en Siri y Cortana, aunque todavía precisan de un amplio margen de mejora. Otros espacios en los que han estado en funcionamiento son, por ejemplo, en chats tan populares como Facebook Messenger o aplicaciones de mensajería instantánea como puede ser Telegram o Slack.